La fibrilación auricular representa un riesgo para usted
La fibrilación auricular (FA) afecta a millones de personas en todo el mundo y su incidencia sigue aumentando. Es más frecuente en los hombres que en las mujeres. El riesgo de presentar fibrilación auricular aumenta con la edad, pero la mitad de las personas que la sufren son menores de 75 años. En los Estados Unidos es más frecuente entre las personas de raza blanca que entre los hispanos o las personas de raza negra.
¿En qué consiste?
La fibrilación auricular se debe a una perforación eléctrica del interior de las cavidades superiores del corazón (las aurículas). En este trastorno, los impulsos eléctricos del corazón se originan a un ritmo desorganizado y rápido que hace que el pulso sea irregular y acelerado. Las aurículas dejan de contraerse normalmente y esto puede ocasionar la formación de pequeños coágulos de sangre dentro de la aurícula izquierda.
La fibrilación auricular eleva el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca.
¿Sí son los síntomas?
A menudo la fibrilación auricular se diagnostica durante chequeos médicos corrientes porque muchas personas no presentan síntomas. Otros pueden tener palpitaciones, dificultad para respirar, mareo, agotación o dolor en el pecho.
¿Qué factores aumentan el riesgo de sufrir fibrilación auricular?
Haber pasado de los 65 años y tener Alta presión sanguínea aumentar el riesgo de sufrir fibrilación auricular.
Otros factores de riesgo que hay que tener en cuenta son:
- La apnea obstructiva del sueño y la obesidad.
- La enfermedad arterial coronaria y el ataque cardiaco
- el hipertiroidismo
- El consumo prolongado de alcohol
- La insuficiencia cardiaca y la cardiomiopatía
- La enfermedad cardíaca valvular y la fiebre reumática.
- Las operaciones del corazón (el bypass coronario y las operaciones de las válvulas cardíacas)
- Las infecciones, como la neumonia
- Las enfermedades congénitas del corazón.
- Las enfermedades de los pulmones, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma y la embolia pulmonar.
- El consumo de estimulantes, como descongestionantes, anfetaminas y drogas, e incluso el consumo excesivo de cafeína o nicotina
¿Cómo se diagnostica la fibrilación auricular?
La detección de un pulso irregular en la exploración física puede indicar la presencia de fibrilación auricular, pero para confirmarla se requiere un electrocardiograma. La fibrilación auricular es recurrente y podría no aparecer durante el electrocardiograma. Quizá se requiere monitorización del ritmo cardíaco por un tiempo mayor. Los dispositivos de registro de eventos, que el paciente puede llevar puestos durante las actividades diarias normales, pueden detectar la fibrilación auricular. Es posible que se requieran análisis sencillos de laboratorio y una ecocardiografía para descartar otras situaciones agravantes (como los factores de riesgo que se mencionaron anteriormente). La fibrilación auricular recurre en el 90% de los casos y el 90% de estas recurrencias son asintomáticas. Por lo tanto, las personas en quienes se ha confirmado la fibrilación auricular la sufren en un grado mayor del que se imaginan, y esto puede provocar accidentes cerebrovasculares.
¿Qué relación hay entre la fibrilación auricular y el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares?
El riesgo de que una persona con fibrilación auricular tenga un accidente cerebrovascular aumenta con la edad y con la presencia de hipertensión, insuficiencia congestiva, diabetes o antecedentes de accidente cerebrovascular o de un accidente isquémico transitorio (interrupción o reducción temporal del flujo de sangre a ciertas partes del cerebro). El tratamiento con anticoagulantes como la warfarina (Coumadin) o de fármacos más recientes, como el dabigatrán (Pradaxa), el rivaroxabán (Xarelto) y el apixabán (Eliquis), reducen el riesgo de accidente cerebrovascular en los pacientes que tienen fibrilación auricular, con un leve aumento del riesgo de sangrado intenso.
¿Cómo se trata y se previene la fibrilación auricular?
El tratamiento de la fibrilación auricular reduce el riesgo de presentar un accidente cardiovascular y controla las frecuencias cardíacas rápidas e irregulares que pueden conducir a una insuficiencia cardíaca. Es importante controlar las afecciones precipitantes, como las que se mencionaron anteriormente. A menudo se administran primero medicamentos comunes para controlar y disminuir la frecuencia cardíaca, como los betabloqueantes (atenolol, metoprolol, carvedilol y bisoprolol) y los bloqueantes de los canales de calcio (diltiacem y verapamilo). Se pueden agregar otros fármacos si hay recurrencia de la fibrilación auricular o si el ritmo cardíaco sigue siendo irregular o demasiado rápido. Si la frecuencia cardíaca es demasiado rápida o si el funcionamiento cardíaco es anormal, quizás se requiera una técnica médica sencilla llamada cardioversión eléctrica para reemplazar inmediatamente la fibrilación auricular por un ritmo sinusal normal.
Llevar una vida sana puede protegerle de las enfermedades del corazón y, más adelante, de la fibrilación auricular. Una vida sana implica hacer ejercicio todos los días, tener una alimentación saludable y natural, controlar el peso, evitar la cafeína, el alcohol y otros estimulantes, y mantener controlados la presión arterial y el colesterol. Las personas que tienen fibrilación auricular pueden llevar una vida sana y activa. El tratamiento puede restaurar el ritmo cardiaco normal en algunas personas. En otras, puede controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Haga caso de las recomendaciones de su médico y sea paciente, ya que es necesario individualizar el tratamiento de cada persona.
¡Hasta la próxima!
Dra. Stephanie Coulter
Si desea más información sobre la fibrilación auricular, visite el Centro de Información Cardiovascular del Texas Heart Institute (Instituto del Corazón de Texas).
Visita los archivos de «Directo al grano» del sitio Web del Instituto del Corazón de Texas para enterarse de otras formas en que las mujeres pueden cuidarse el corazón.
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